Lejos de nutrirme con la farándula y los chimentos, no puedo dejar de alegrarme por la repercusión que vienen teniendo las denuncias de abuso sexual en Hollywood. El megaproductor Harvey Weinstein acumula 11 denuncias y ya son 76 las actrices damnificadas, algunas con relatos escalofriantes. El peso de sus faltas ya lo puso en bancarrota y quién pudo quedar en el recuerdo como un gran creativo y empresario, quedará salpicado por el tuco indeleble de la verguenza pública. Kevin Spacey, el actor de la película ganadora del Oscar Belleza americana , protagonista de la serie House of the cards, no sólo fue despedido, sino que suma quince denuncias de jovencitos que sufrieron acoso de su parte, en distintas etapas de su carrera.
Las olas de indignación llegaron a la cuenca del Río de la Plata, en dónde las mujeres, principales afectadas, se animaron a hablar. Ari Paluch se sintió imantado por el trasero de la periodista Fernanda Iglesias y lo echaron del programa que conducía, A24. Juan Darthés se magnetizó con los labios carnosos de Calu Rivero y terminó en una audiencia judicial y Malena Solda no quiere largar prenda cuál fue el director de telenovelas que no la dejaba vivir en paz.
Espero que un nuevo Sol brille en nuestra sociedad. Tenemos derecho a trabajar en paz, sin que nos arrinconen como animales , seamos varones, mujeres, gays o trans. Quedó atrás el tiempo en el que el poder y el dinero compraban el silencio de las víctimas de acoso sexual.