La cuestión es maltratar a alguien, no importa a quién. La señora entró a la verdulería, toqueteó las  paltas, dijo que estaban pasadas. El verdulero, con paciencia de Job, le dijo que estaban perfectas.  La clienta continuó la charla , diciendo que todos los días comía una; él le contestó, Se lo garantizo, soy verdulero. No quise perder el segundo round. Ésta papaya, señala, me la llevo. Pero si está verde se la devuelvo. El santo, ya entre las cuerdas , le sugirió que se la llevara igual, aunque a ésa altura estaba al borde del KO. Le puedo pedir que me la abra? Arriesgó la valiente, de manera muy astuta.  Pensé que pronto sería su mandíbula  la que recibiera un cross de derecha .Claro que sí, señora! Esquivaba los golpes con maestría. Un verdadero Mohamed Ali. Ringo Bonavena miró la papaya tajada al medio con desaire, abrió la billetera y contando la plata sentenció, No tiene el aroma que esperaba, pero me la llevo igual. Empate técnico. Así fue cuando asistí en el barrio el enfrentamiento ente los dos “ídolos”del boxeo.