En el Antiguo y Nuevo Testamento encontramos solamente cuatro Arcángeles. San Batatael y Chusmael no existen…He escuchado cada barbaridad al respecto que me ponen los pelos de punta! San Miguel, San Rafael, San Gabriel y San Uriel son los únicos Arcángeles de la tradición judeocristiana. La palabra proviene del griego Archos, que significa “principal”. Después del Custodio o Ángel Guardián, les siguen en jerarquía celestial.

San Gabriel es el Anunciador, jefe de las huestes de los mensajeros. A través de él recibimos las señales divinas. Anunció los nacimientos de Jesús y de San Juan el Bautista, la inundación a Noé, la honestidad de María a su esposo José, enterró a Moisés y anunció el Corán a Mahoma. Su nombre significa “la fuerza de Dios”. Ordena las relaciones humanas y nos conecta con lo superior. Su color es el azul.

San Rafael es el Arcángel de la salud. Su nombre significa “medicina de Dios”. Su nombre aparece en el libro de Tobías, a quién salvó de una mordedura de un pez venenoso. Es el Arcángel que le hace un exorcismo a Sara, para que pueda tener hijos. En el siglo XVI cuando la ciudad de Córdoba, en España, sufre una epidemia, él se le aparece a un sacerdote y pide oraciones especiales. A partir de ahí la peste empieza a remitir. Su color es el verde.

San Miguel es el jefe de los Ejércitos del Bien. Su nombre significa “casa de Dios”y aparece en el Hecho de los Apóstoles cuando ordena a Felipe que vaya a predicar a Etiopía. Es considerado el precursor de los Bautismos y eterno contrincante del mal. Su color es el rojo.

San Uriel, el menos conocido de todos, es el Arcángel de la Revelación. Su nombre significa “la luz de Dios” . Es el que avisa la matanza de Herodes. Misterioso y hermético, es considerado el patrono de la inteligencia y del arrepentimiento. Sus colores son el amarillo y el blanco, adoptados por ésa razón como los colores del Vaticano.