Si hubieran hecho una muñeca Barbie con sesenta y cinco años, ésta sería la réplica exacta de la jueza Patricia Susana Guidanchut, la escupe-chorros. Con su accionar y el de la Justicia que ella representa pudimos , finalmente, entender  por qué de los 188 motochorros detenidos en la ciudad en los últimos doce meses, ninguno está detenido.

Jair Jurado Mora, un colombiano con largo prontuario en su país, robó un celular a una chica en el barrio de Caballito el lunes pasado. A las dos horas la Policía Metropolitana lo había atrapado y fue acusado por “robo en grado de tentativa”. Sin advertir que el extranjero ya tenía antecedentes de todos los colores la jueza más fashion de la Argentina lo liberó en menos de cuarenta y ocho horas.  La novela negra continúa. La misma muñeca brava liberó a otro motochorro uruguayo, con pedido de expulsión del país (al que ella ignoró) , bajo el pago de fianza de setecientos pesos. Declaró públicamente que le impuso una tasa “de acuerdo a sus posibilidades”.
¿ Qué doctrina satánica hace que los perjudicados sean ignorados y los ladrones, beatificados?
Hablando de muñecos, la pitonisa de la secta, Hebe de Bonafini, creó uno con rasgos del presidente Macri , al que maltrata , desquitándose.  “Lo cago a palos” son sus textuales palabras. Vodú en estado puro. No obstante, siguen llegándome invitaciones para sumar votos para que las Abuelas de Plaza de Mayo concurran al Premio Nobel de la Paz.
En un país en dónde hay más de cien imputados por corrupción, fraude, extorsión del gobierno anterior y la jefa de la asociación ilícita será candidata en las próximas elecciones ¿ qué más da unos cuántos motochorros sueltos?
La llave de oro de la semana surrealista la tuvo el diario La Nación, con la editorial  Niñas Madres con mayúscula, escrita por el mismísimo Torquemada, el inquisidor medieval. La nota es una apología del embarazo infantil, ridiculiza a los pañuelos verdes , resalta el valor de las menores que no se los dejan “sacar” a sus bebés y sostiene una visión del mundo que expiró hace ya varios siglos . Leerla produce una mezcla de verguenza y escalofrío, tomando en cuenta que la editorial es el cerebro y el alma de una publicación.
¿ Por qué no somos un gran país? Todos nos lo preguntamos en silencio. Porque mientras los que tengan que defendernos se burlen de nosotros, quiénes tengan que gobernarnos nos saqueen y quiénes tengan que informarnos, nos confundan, seguiremos teniendo una argentina con minúscula.
(ilustra imagen de una obra de Jean Arp)