¿ Cómo pasar por alto la final trunco de la Copa Libertadores ? Cómo mirar para el otro lado siendo un formador de opinión? Y lo tercero, ¿ qué agregar que ya no se haya dicho,tras horas y horas de debates radiales y televisivos, en los que no se habló de otra cosa?

Adoptar una mirada distinta a las demás es el leitmotiv de ésta columna. Observar cómo los periodistas, comentaristas y programadores de noticias se montan sobre un escándalo sin aportar más que opiniones personales, lamentar la estrechez de vocabulario y de pensamiento de los comentaristas deportivos ( horrorizarse ante el supido de Diego Latorre ) e indignarnos ante tanta desorganización nos coloca en un lugar de indefensión pocas veces visto. El tren fantasma en el que nos subimos el fin de semana pasado nos mostró unos cuántos zombies que creíamos exorcizados. Pero siempre se puede estar peor. Haber pagado una fortuna por las entradas del Superclásico , ir a la cancha dos veces y no haberlo podido asistir, esperar cinco horas la decisión de suspenderlo ( dejando a familias enteras bajo el sol, con el agua a precio de oro) parece no importar demasiado a los que lo organizaron. ¿ Qué aprender de lo sucedido? En el cambio de paradigma que se nos pide cuando suceden cosas así ¿ qué decisiones tomar?
Hace años que decidí no ir a la cancha. Desde hace años el deporte más popular del planeta viene tomando senderos desacertados, sus dirigentes son cada vez más oscuros y las mafias que se regodean en impartir favores entre sí y a otros delincuentes me revuelven el estómago. Mi pasado como periodista deportivo intuía que pronto se produciría el atentado que el fútbol sufrió el último sábado.
El aprendizaje que debemos internalizar es el que se puede disfrutar del espectáculo sin ilusionarse. Alimentar a las mafias no puede redundar en nada bueno. Cuando formamos parte de un aparato que sólo busca réditos a una élite ya estamos por mal camino.
 No vaya más  a la cancha, hágame caso. Lo máximo que puede suceder cuando se suspenda un partido es que tenga que apretar el botón rojo del control remoto y vestirse para ir al cine.