Por más tierras que recorra

       No permita Dios que muera
       Sin que regrese allá,
       Sin que lleve por divisa ésta V
       Que simboliza la victoria que vendrá.
 
        Crecí escuchando la Canción del Expedicionario en la escuela primaria (los brasileños
hacemos buena música hasta para ir a la guerra) al mismo tiempo que aprendía de memoria las localidades de Italia que fueron liberadas por las tropas verdeamarelas: Massarosa, Camaiore , Monte Prano…Antes de entrar al aula izábamos la bandera y se  me erizaba la piel cuando nos tocaba entonar el himno de los soldados pracinhas, los días jueves. Así le llamamos a los soldados rasos.
 Tengo el orgullo de pertenecer al único país sudamericano que participó en la Segunda Guerra Mundial en el frente de batalla.
Las Fuerzas Expedicionarias Brasileñas declararon guerra a Alemania e Italia cuando, en pleno Atlántico, nos hundieron 18 barcos que llevaban insumos a los antifascistas. Eran tiempos de Getúlio Vargas, un populista que tomó el poder en 1937 e hizo todas las reformas que los peronistas adjudican de su creación (leyes que garantizaron la jornada de ocho horas a los trabajadores, voto femenino, universidad pública), pero con mejor tino, dado que al participar activamente del mayor conflicto armado de la Historia, hizo que Brasil tuviera un lugar al Sol ante la mirada del mundo.
        Una cosa es apoyar a los ganadores con el diario del día después, otra es enviar 26.000 hombres y mujeres a la guerra, luchando durante 240 días seguidos y enfrentándose con un clima de veinte grados bajo cero en los Apeninos, cara a cara con los alemanes.
        Los militares brasileños no tienen la misma condena histórica que los argentinos. Para entender por qué votaron a Bolsonaro hay que repasar un pasado inexistente para Clarín, Nación y Página 12. La batalla de Monte Castelo y Belvedere, ganada del comienzo al fin,  constituye un episodio de mucho honor para quienes luchamos por la paz. Porque enfrentarse con el nazismo y el fascismo haciendo negocios en un escritorio no es lo mismo que ver estallar las bombas alrededor. Y la paz hay que ganarla, muchas veces, cara a cara con el enemigo.
       El emblema de las FEB era una cobra fumando. Somos graciosos hasta cuando queremos ser serios. El lema era “es más fácil que una cobra fume a que un brasilero se rinda”. Así como nos ven, aprisionamos a lo largo de ocho meses en el frente a dos generales , 439 oficiales y a 19.679 soldados italianos y alemanes. Preguntan ¿ por qué hoy Brasil es tratado con respeto por la comunidad internacional y se le abren puertas con mayor facilidad que a otros países latinoamericanos ? ¿ Samba, carnaval, futebol? No crean .También por las  buenas decisiones de sus dirigentes históricos.