Entre Haifa y Tel Aviv están las ruinas de Sebastos ( Augusto en griego)el principal puerto antiguo del Mediterráneo, famoso desde la época de los fenicios. Herodes, el Grande, el que quedó en la Historia por la matanza de los inocentes, hizo construir ahí una ciudad y renovar el puerto en el año 12/13 de nuestra era. El nombre se debe a que su jefe en ese entonces era el emperador Cesar Augusto  y Roma había dominado la región de Samaria. Como solían hacer los romanos, en sus ciudades no faltaban el teatro, las termas, el hipódromo , el Cardus y el  Decumanus Maximus, las calles principales que se cruzaban y definían la ciudad y, por supuesto,  la muralla. Antes se la conocía a Cesarea Marítima como Torre de Estratón , rey de Sidón. No obstante, la primera vez que se la  nombra en un texto  es en el año 100 a.C en el papiro de Artemidoro. Herodes, el rey Arquitecto, la reforma por completo e inaugura un fabuloso rompeolas, que permitía que todos los barcos pudieran anclar y zarpar sin la necesidad del viento propicio. Al tío no le gustaban los niños,  pero la cantidad de reformas y obras que hizo en su reinado son alabadas hasta el día de hoy por los arqueólogos. Toda esta información está al alcance del turista, ya que en el lugar los visitantes pueden asistir un vídeo 3D con las distintas épocas de la ciudad.

El hallazgo más valioso para la ruta crística es una piedra inaugural que nombra a Poncio Pilatos, que está actualmente en el Museo de Jerusalem , ya que es una reliquia de enorme importancia y  en su lugar dejaron una réplica. Esa también fue la ciudad de los filósofos Orígines y de Eusebio, ambos integrantes de la Escuela de los Sabios. Las ruinas se extienden alrededor de 50 hectáreas y es uno de los puntos turísticos más visitados de Israel.

Paseando por las calles de mármol blanco podemos darnos cuenta de la gran importancia del lugar para los primeros siglos. Después de los romanos Cesarea  estuvo en manos de Balduino (1101) , pero en 1187 Saladino expulsa a los cruzados y la destruye casi por completo. En 1251 Luis IX la reconstruye , pero en 1265 Baybars I se ensaña y la vuelve a tirar abajo. Recién en 1956 empezaron a desenterrarla debajo de la arena los historiadores israelíes para mostrarla tal cuál es hoy. Allí el apóstol Pablo estuvo preso y, luego, tiempo después,  embarcó para Tarso. En Sebastos Pedro bautizó al primer pagano, el centurión Cornelio y Felipe se quedó a vivir un tiempo.

Nos tocó un día caluroso, pero no tanto. Las ganas que teníamos todos era de tirarnos de cabeza al mar, pero nos contentamos con la foto grupal y las explicaciones del padre Rafael, que me di cuenta que de no haber sido cura sería arqueólogo.

Me encontré con una conocida en plena visita guiada, una argentina simpática que viajaba con el marido. Uno cree que por estar lejos nadie lo va a nombrar ni a  reconocer. Falso. En medio de la nada, a miles de kilómetros de casa, escuché mi nombre haciendo eco entre las ruinas. Miré alrededor no dando crédito a lo que escuchaban mis oídos. En mi dirección, una mujer de pelo largo  me señalaba mientras abría una gran sonrisa. Nos fundimos en un abrazo.  Nada mejor que un encuentro casual del otro lado del mundo para renovar los votos con el cosmos.

 

 

Próxima entrega  Cap. XIII  Jerusalem