El padecimiento de las Fiestas de fin de año es un síndrome que ya tendrá quién lo bautice con su apellido, será avalado por sus estudios científicos en alguna universidad extranjera y una cantidad enorme de encuestados que servirán para encuadrar en un marco analítico aquello que ya sabemos todos los habitantes del mundo Occidental: las Fiestas son insoportables. Si a ellas le sumamos el calor, la herencia europea de una culinaria invernal, el final del año escolar y el comienzo de las vacaciones de los niños sabremos que eso podrá  transformarse en una olla a presión sin válvula, pronta para hacer reventar nuestra psiquis. Vivir en una gran ciudad latinoamericana en esta época no ayuda, hacer creer a los más pequeños que Papá Noel bajará con sus renos a Callao y Santa Fe con treinta y seis grados a la luz de la Luna bordea lo  perverso.  En el caso de los adultos no hay imaginario que sostenga la idea de una Noche de Paz con una economía que se devalúa por minuto. ¿ Cómo encontrarse cara a cara con Santa Claus sin echarse a llorar en sus brazos?

Aquí van algunos tips que ayudan a soportar el martirio.

1 –  Conéctese con los espiritual. Sea católico, pagano, judío converso o reverso, disfrute lo bueno que tienen las Fiestas. Todos los pueblos han celebrado los solsticios. Esté en el hemisferio en el que esté, el cambio energético que anuncian siempre viene bien.

2  –  No se frustre por la familia que no tiene. Ninguna es perfecta, la soltería es tan digna como el matrimonio, tener hijos no trae la felicidad y muchas veces los amigos que elegimos son mejores que los hermanos impuestos por herencia. Dejemos de lado a la gente tóxica, tengan o no nuestra sangre. Tratemos de no hacer cumplidos.

3  –  Diga no a la sociedad de consumo. Un regalito, dos regalitos, cien regalitos… El presente solo tiene sentido si está dado de corazón y  no hace falta que nos endeudemos para hacer felices a los demás. Si tiene dos tarjetas, guarde una. En lo posible, compre en efectivo.

4  –  Escriba cartas de amor, aproveche la atmósfera propicia para decirles a quienes se lo merecen lo importante que son en su vida. Eso vale más que mil whatsaps.

5  –  Olvide la dieta. Si tiene suerte de tener quien lo invite a cenar, deléitese . Si le gusta la culinaria, lúzcase con sus recetas. El delivery no está mal, si busca con tiempo encontrará cerca suyo casas de comida con menúes navideños atractivos y económicos.

6  –  Que la Paz sea la protagonista de este final de ciclo. Evite trasladarse de madrugada y quédese a dormir en lo de fulano que tanto lo quiere. Las rutas y autopistas están llenas de conductores que manejan alcoholizados.

Enciendan velas para recordar la importancia que tiene esa celebración. Rescate lo sagrado que hay en todo nacimiento y lo bello que es ver brotar vida de la vida. La Navidad es la historia de la Esperanza y el Año Nuevo certifica que estamos vivos. No sea mala onda. Feliz Navidad y Feliz veinteveinte.

 

Ilustra la obra  Fuerza creadora del pintor argentino contemporáneo  Pablo Larsen.