Según la nueva tendencia en nutrición, es fundamental saber en qué momento ingerir determinados alimentos a la hora de sacarle mayor provecho. No es lo mismo un pedazo de torta a la mañana que a la noche. Lo mismo sucede con las proteínas. En las investigaciones de la doctora en fisiología e investigadora de la UNAM, Carolina Escobar Briones, no es sano tomar unos mates a la mañana y cenar a la noche, alternado por algún sándwich. Los alimentos más energéticos, bajo esta nueva lupa, deben ser consumidos por la mañana, dejando el aparato digestivo menos exigido por a noche. El famoso “desayuno americano” de los hoteles, parece ser ante sus ojos la mejor propuesta para empezar el día. Pero a quienes se resistan vivir creyendo que están en plenas vacaciones todo el año y quieran seguir indagando en las razones de la crononutrición, vale recordar lo que decía la generación de las abuelas ” hay que desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”. Hagamos del sentido común el periscopio de nuestras

vidas.