En pleno siglo XXI, era de radares espaciales y avances científicos sin precedentes, algunos pueblos siguen conservando los hábitos de hace miles de años que estigmatizan a la mujer por un acontecimiento tan natural e involuntario como la menstruación. Actualmente en el interior de Nepal la práctica del chhaupadi , que consiste en el completo aislamiento de la integrante de la familia que tenga el período, en la que se le niega, inclusive, el techo, ha sido un motivo de preocupación constante de las autoridades locales. Muchas han muerto de frío en precarias chozas construidas para ése fin o por picaduras de serpientes venenosas. Pero no son sólo en los países exóticos y en las tribus de la Amazonia se encuentran arraigadas ésas costumbres paleolíticas. El pueblo judeocristiano, basados en la Torá o Antiguo Testamento, encuentra en el Levítico 15:19-30 la fuente que ha certificado la supremacía de los hombres sobre nosotras y el adjetivo de “impuras” a las menstruantes. Mientras tengamos la regla, según las Escrituras, no podemos ser tocadas, nuestros muebles y sábanas quedarán “contaminados” y el templo, profano. El judaísmo ortodoxo lo sigue aplicando y el cristianismo, de manera solapada, también lo sigue aplicando. Ése es el motivo principal por el cuál no podremos aspirar a ser sacerdotisas. Pausa para pensar.
Hitler consideraba que la supremacía de la raza aria venía a través de la sangre y vimos el desastre que ocasionó . El término “sangre azul” deviene de la época de los grandes descubrimientos por mar, en la que la piel tostada de los aborígenes, a diferencia de la raza blanca, no se le permitía ver las venas azules debajo la piel.
Tendremos que rever nuestros conceptos y aggiornarlos . Un nuevo mundo está por nacer y es una lástima que sigamos atados a falsas verdades y esquemas vetustos.