La doctora en antropología Sarah Blaffer Hrdy de la Universidad de Harvard estudió por más de cuarenta años el comportamiento de las sociedades humanas que viven de manera más similar a nuestros antepasados de África y llegó a la conclusión que evolutivamente

 la mujer que quiere sexo,  no necesariamente desee  hijos. Apodada la “darwinista feminista” y criticada por muchos de sus colegas, revisó la teoría de selección sexual del inglés, aportándole datos de lo más interesantes. Por ejemplo, ella afirma que la era victoriana en la que se escribió su obra La Evolución de las Especies la mujer tenía un rol completamente diferente al de hoy, sesgado por una mirada religiosa (cada vez menos vigente), la situación demográfica era otra  y no se habían declarado las dos grandes guerras mundiales que asolaron el mundo, otorgándonos un papel en la productividad nunca antes logrado.
        En el siglo XIX se creía en la autoridad activa ejercida por el macho dominante, propia de una época. Hoy las relaciones humanas se ven modificadas por una serie de factores que nada tienen que ver con el riesgo de extinguirnos. Podemos pensar otro mundo a partir de las conquistas logradas entre todos, hombres y mujeres que buscamos un mundo mejor, feliz e igualitario.