Sabemos que uno fue un hombre de proporciones razonables y el otro, un gigante que acosaba al pueblo. Sabemos que el grandote se rió a carcajadas cuando el enano le hizo frente. Sabemos que la confianza de David lo hizo elegir la piedra correcta, la dirección apropiada del viento y le marcó el trayecto preciso del proyectil en el único flanco débil de Goliat, el ojo derecho. Sabemos que a David lo coronaron rey de los judíos y que su emblema en geometría sagrada es la cruz de seis puntas, que significa en el cielo como en la tierra. Sabemos que fue padre de Salomón, el rey que se hizo famoso por revelar quién era la madre del niño que el dispuso partir en dos , cuyo emblema en geometría sagrada es la cruz de cinco puntas, el pentáculo o pentagrama, que significa (entre tantas otras cosas) la divina proporción de las cosas.
Pocos saben que el rey David, el que venció la adversidad con el coraje de los conectados, fue el que hizo construir el primer templo y escribió los Salmos, que son fórmulas mágicas de gran poder, memorizados por alquimistas, sacerdotes, estudiantes de Kabbalah y todo aquél que quiera una pizca de inspiración esotérica. En hebreo son los Tehilim, el libro de las maravillas, también conocido como el Libro de los Salmos del Antiguo Testamento. Hay muy buenas versiones en castellano y hebreo en el barrio del Once. La que tengo es de Kehot Lubavitch Sudamericana, un lujo. Leerlo diariamente durante 53 días, según la tradición, elimina el poder de los enemigos y aclara los destinos. Hay que hacerlo de día (antes de las cuatro de la tarde) y se inicia con el Salmo correspondiente a la edad más uno ( o sea que si tenés treinta años te corresponde el treinta y uno, porque se consideran los nueve meses que nos desarrollamos como feto como un año más), luego, el que elijas para el día.
David fue el más querido de los reyes porque era piadoso y lleno de misericordia. (Recuerdo en Jerusalem, cuando desde el mirador de la Ciudad Sagrada , divisaba lo que en ese entonces había sido su reino). De la casa de David fue Jesús, descendiente directo y gran estudioso de la Torá.
¿ Qué nos enseña hoy el pasaje de David y Goliat? Que el miedo jamás es un buen consejero y que la opresión tendrá fin. Basta que nos dejemos llevar por la mano que conduce al tiro certero para derrotar al enemigo. Que la debilidad no está en la carne ni en los números, en la plata o en las cifras, en la evidencia o en lo que se acumula. La debilidad está en la actitud espiritual con la que encaramos la vida.
David nos recuerda que si tenemos miedo, ya fuimos vencidos. Y que hay que escapar a la cultura de la debilidad . Hay que ser fuerte y veraz, dadivoso y solidario. Participar, involucrarse en las decisiones, no tener miedo de opinar lo que uno piensa es fundamental para que podamos ser personas libres en ejercicio de su libertad. En estos últimos días he escuchado tanto a quienes están tanto del lado de la verdad, de la justicia, del esfuerzo continuo y del bien, como a quienes están del lado del crimen organizado, del robo, de la injusticia y de la infamia. Quien avala eso está en un serio problema consigo mismo.
Quiero que sepan, caros lectores, que aunque sea de la minoría (y casi siempre me tocó serlo) del 33% siempre me encontrarán del lado del Bien.
(detalle de David y Goliat de Caravaggio)