Su libro de cocina sólo fue superado en ventas por la Biblia. Esa matrona nacida en Santiago del Estero, en la localidad de la Banda, a finales del mil ochocientos, superó el millón de ejemplares vendidos desde su primera edición en 1933. Allí conoció a Atilio, su esposo, de quién tomaría el apellido y lo enarbolaría por los cuatro vientos, como suelen hacer las señoras de... Se estima que su programa Buenas tardes, mucho gusto, emitido por más de veinte años en la Televisión Pública, era visto por más de seiscientas mil mujeres, todo un récord para la época. Una tortilla con doce huevos, un flan con medio kilo de azúcar, impensados para los tiempos que corren, hacían las delicias de la mesa argentina. No obstante, pocos saben que el libro de Petrona, fue promovido por la Compañía Primitiva de Gas que quería remplazar las antiguas cocinas de gas a leña y querosén con un marketing impecable y resultados a la vista. Le propusieron la edición cuando era promotora de cocinas a gas en el Bazar Dos Mundos, ya probando suerte en Buenos Aires. Mucho tiempo antes de conocer a Juanita, su eterna asistente y de subirle el colesterol a los comensales, Doña Petrona tuvo un sueño. Contra viento y marea, la señora de Gandulfo lo cumplió. Hoy le rendimos este sincero homenaje.