Es temporada de ciclones. Cada vez más furiosos, también nos dejan buenas enseñanzas. En primer lugar, bajan la temperatura de los mares, limpiando los corales y ayudando a las especies que vienen sufriendo el calentamiento global. Limpian ríos, bosques y arrancan la vegetación vieja, dando lugar a lo nuevo. Remueven la tierra (si la remueve) dejando los nutrientes al alcance del grano que vendrá a alimentarnos. Permiten que compartan la vivienda los que la perdieron y que los que no sufrieron pérdidas materiales los hace solidarios, compasivos y los pone en el lugar del necesitado. Nos hacen sentir nuevamente humanos. Cortan la luz, el wifi, cierran los aeropuertos y nos invitan a ser protagonistas de una película de cine catástrofe. Sobretodo, nos proclaman guardianes de la naturaleza , ya que todos sabemos que al planeta lo tratamos bastante mal. Para los vikingos el ciclón es la Runa 22 del alfabeto Futhark, símbolo de la potencia, la renovación y la creatividad. Viva lo Nuevo! ¡Viva el Ciclón!