Volver a escribir, después de tanto tiempo, es como germinar luego del período invernal. Renovar el compromiso con este espacio que durante tantos años me motivó a seguir buscando hilos para tejer, hilvanar y sostener pensamientos, me llena de satisfacción.  Contar historias es lo que más me gusta hacer, narrar, dejar una huella en el pensamiento de quien entra a esta página. Durante años reservé horas de la semana para alimentar este rincón de ideas sin importarme si los lectores eran dos, tres o quinientas mil personas. Dar lo mejor de mí es un postulado que adopté siendo muy joven y no abro mano de esa convicción. Eso hace que sea alguien confiable ante el espejo, ante el mundo y sobre todo ante el Creador, a quien me consagro cada día. Este período de silencio por el que atravesé surgió de la necesidad de comprender cosas que sucedían a mi alrededor y de la toma de decisiones a partir de ese análisis.  Soplaron fuertes vientos. Me siento más fuerte y genuina a partir de ello, más capacitada para seguir siendo una intérprete de runas, oficio que ejerzo con orgullo hace 33 años. También me considero su guardiana.

Ellas son un aliciente para mi búsqueda personal y la de tantas personas alrededor: alumnos, colegas, consultantes, editores, lectores, colaboradores, curiosos y a ellos debo el compromiso de seguir indagando, investigando y por qué no, la conservación de este espacio de lectura.

Como disciplina oracular que se nutre de otras fuentes, trataré de volcar a lo largo de este año reflexiones propias y de otros autores que considere un aporte a la causa del crecimiento individual y la expansión de la conciencia. Pautar temas que pongan foco en la transformación de nuestro planeta, de la sociedad en que habitamos, disciplinas complementarias, clásicos del hermetismo, magia, alquimia, astrología, esoterismo. Compartir material de diferentes procedencias y épocas. Reseñas de libros y de películas. Encontrarnos sin pretensiones, tan solo por el placer de hacerlo, nutriéndonos de historias y hablando de runas, esas letras preciosas que dicen tanto más de lo que uno es capaz de entender.

Queridos lectores, creo que ya se han percatado que el tan anunciado nuevo tiempo, el futuro robótico de la sci fiction  ya está entre nosotros. Por mi parte, prefiero llamarlo porvenir, palabra que contiene en su interior todas las semillas de la tierra.

 

Imagen, obra de Guillermo Lorca García Huidobro