Estados Unidos ha bombardeado Damasco. Sus aliados, Inglaterra y Francia han dicho que no tienen ninguna duda que el régimen del presidente sirio Bashar All Assad haya atacado la población civil con armas químicas. A su lado, el presidente reelecto Wladimir Putin anuncia represalias.
Escucho atenta el programa político de la CNN y no doy crédito a lo que registran mis oídos. Hablan de objetivos específicos, de misiles de largo alcance, de gas cloro , con toda naturalidad y expresan con todas las letras la esperanza de que semejante acto de violencia sirva para aplacar a Siria y poner paz en la región.
Es como echarle nafta a la hoguera y querer que se apague el fuego.
Uno de los Caballeros del Apocalipsis es la Guerra. El otro El Hambre, la Peste y el último, Justo.
San Miguel Arcángel es la entidad espiritual encargada de poner el mal en su lugar.
El problema es que no sabemos a esta altura del conflicto, dónde está el mal y quiénes lo representan.
Nada bueno puede venir de Trump, menos aún de Putin. Lo extraño es que Macron y May se hayan animado a tomar sus joysticks para este nuevo jueguito de la Playstation.
A los botes, lectores. Se nos viene la noche oscura de Occidente.