Alex Valencic tenía cuarenta años, tres hijos y un cuerpo escultural, modelado por su pasión por la actividad física. Murió de un infarto en el gimnasio de su barrio, luego de una rutina de Crossfit, una modalidad aeróbica de alto impacto a la que se suman cada vez más adeptos. Hernias de disco, lesiones en las rodillas , lumbares rígidas y costillas fisuradas son algunos de los regalos de los gimnasios a sus frecuentadores. Su apto médico estaba vencido desde el 2016.

 Según estadísticas, Argentina es uno de los países de la región cuya población es más sedentaria , sin embargo es común encontrar en el pueblo más recóndito del país  un local en dónde abunden aparatos de musculación, bicicletas de última generación, cintas para correr y todo eso al son de música disco y al menos cuatro televisores encendidos todo el tiempo. La estética espartana es igual en todas partes del mundo.

 Confieso que me cuesta estar de acuerdo con las estadísticas. La mayoría de las veces lo que es mucho para ellas, es poco para mí y lo que es mucho para mí suele ser poco para ellas. Dúctiles y caprichosas,  suelen ejercer una extraña matemática. Mi percepción de la realidad ( según ellas, distorsionada) ve gimnasios por todas partes. De hecho, vivo a metros de uno, que pertenece a una red que tiene cientos de sucursales, lo que confirma mi sospecha. Y no es la única. Para ser miembro de ésos clubes  hay que dejar la tarjeta de crédito para que le facturen un mínimo seis meses de cuota, por si uno se arrepiente y vale aclarar que no son nada económicas. Todo estaría muy bien si los profesionales convocados fueran lo suficientemente capacitados y si ésos establecimientos tuvieran algún tipo de control regular. Recordemos que lo que sucedió con Alex forma parte de las consecuencias desguace del Ministerio de Salud, hoy una simple secretaría. Sin presupuesto y sin fiscalización, la mayoría de los gimnasios se han convertido en empresas que sólo piensan en llegar al bolsillo del usuario, que ni siquiera sospecha la cantidad de lesiones que acarrea su organismo mal entrenado y que sólo podrá reparar el día de mañana de la mano de un buen traumatólogo.