Así la llama Patti Smith en su obra Devoción. Crear desde lo profundo  es un compromiso que nada tiene que ver con la vanidad. Sólo aquél que busca lo efímero trabaja por los aplausos, en todos los órdenes y profesiones de la vida. Cumplir con lo que nos está asignado como existencia implica una conexión que va más allá de uno, lo que la pensadora Julia Kristeva denomina lo anterior a la creación. Lo que precede, enaltece el impulso y lo lleva a cabo existe antes de la ejecución de la obra fue llamado inspiración por los griegos y sus patronas eran las nueve Musas de Apolo, el dios Sol. Cambian los tiempos, los templos y sus dioses, cambia la manera de expresarla, pero la fuerza que vitaliza la acción es la misma. Las estrellas palpitan. La musa anhela ser vivificada. Todo lo que hagamos de acá en más, que sea guiado por la inspiración y no por la obligatoriedad. Hacer lo que tengamos que hacer, cumplir con nuestras rutinas no tiene por qué ser un camino aburrido. Entendamos la enseñanza que radica en cada momento, busquemos lo anterior a la creación en cada gesto, en cada propósito y en cada tarea.      Cuando la Imaginación Ardiente se retira, lo que nos queda es la evidencia. Todo se vuelve plano y opaco, real y acumulable. Superficial. El hermetismo lo llama La Gracia. Estar bajo su protección  es dejarse llevar por la coreografía del Universo. Ir en contra de la Gracia es adentrarse en el territorio sórdido de la des-gracia. Boticelli la retrató  como las tres hermanas danzantes en su obra La Primavera. No dejemos que la cotidianidad nos paralice. Tratemos de no bailar solos. Les deseo una semana plena de  Imaginación Ardiente, de  Viva Inspiración y llena  de Gracia.

 

(Detalle de La Primavera de Sandro Boticelli)