Puede parecer absurdo, pero estamos en la era de la Pareja Virtual. Eso no implica conocerse por internet, encontrarse y formalizar. No. Este tipo de pareja no tiene planes de encontrarse. Comparten películas on line, música,  hablan de filosofía, tienen sexo y se cuentan secretos a lo largo de años, sin jamás haberse visto. A veces, viven en diferentes países. Otras , habitan a pocas cuadras uno del otro.  En algunos casos, tienen hijos con sus respectivas parejas “reales”, en otras son solteros empedernidos que no quieren perder su libertad . Conozco a virtuales que  tienen doble vida , con familia constituida y,a su vez, de noche, entregan su corazón al teclado y a la pantalla mientras su consorte duerme el sueño de los justos. Por supuesto, aprendieron el secreto de los filtros y claves para bloquear el acceso a los mirones, sea desde la PC o del celular. No sienten la menor culpa ya que al prescindir del contacto físico, tienen la ilusión de no defraudar al otro.

      Conozco a muchas parejas que se han disuelto por infidelidad virtual. Mirar el teléfono celular del otro es un delito y  jugar con el sentimiento ajeno tampoco es virtuoso. Lo más probable es que revisando los mensajes de su pareja, encuentre algo que no le guste en lo más mínimo. También es cierto que lo más probable es que ese coqueteo sea simplemente un flirt virtual. Sopesando la balanza, recuerde que lo más triste es cuando uno se defrauda a sí mismo. Trate de no verse, panóptico, en actitudes indignas, recordando lo que está en las Escrituras  de la boca del mismísimo  Jesús: no se peca solamente por la acción, sino por los pensamientos.