La mujer que más goles marcó en la Copa del Mundo 2018 fue la presidenta croata, Kolinda Grabar- Kitarovic. Con una sonrisa de oreja a oreja, la rubia estuvo en todos los partidos de la selección de su país mezclada con el público, tras pedir licencia como presidenta para asistir al evento.No le tembló el pulso en vestir la camiseta de la selección croata, hacerla llegar a Donald Trump, al Papa Francisco (de quién es fervorosa admiradora) y al presidente Macri. Inteligente y madre de dos hijos, ganó las últimas elecciones por el Partido Conservador Unión Democrática Croata. En la entrega de premios entregó abrazos maternales a cada uno de los jugadores de la final en el que su país perdió por cuatro tantos a dos, cosa que no pareció entristecerla demasiado, ya que el rédito político que obtuvo fue enorme. En la ceremonia, vista por la friolera de mil millones de personas, se empapó bajo la lluvia con Emanuel Macron, el presidente de Francia y rindió homenaje a los integrantes de ambos equipos y a los directores técnicos.
El único escándalo que se le conoce desde que gobierna es que su marido tuvo que renunciar como asesor porque descubrieron que utilizaba el auto oficial para asuntos personales. En éstas latitudes, eso podría compararse a un divorcio porque uno de los dos se olvidó del aniversario de bodas. Hay cosas que al leerlas, uno se siente apabullado. Bien por Kolinda, la Reina del Mundial en Rusia, que no necesitó mostrarse con su esposo para que la tomaran en serio.