León,  mi ahijado de seis años no paraba de llorar anoche,  después que sus padres le comunicaron que a partir del lunes no podrá volver a la escuela. Desconsolado, preguntaba por qué , sin que ellos pudieran darle una respuesta convincente. El niño no es tonto, argumentó que ningún motivo justifica la maldad que les están haciendo. La mamá, psicóloga y el papá , ingeniero,  pudieron consolarlo con amor e inteligencia.  León es uno de los millones de niños que se ven cercenados por una medida política que altera su desarrollo intelectual , su psiquis y, por lo tanto,  su vida entera.

Fue comprobado por las estadísticas  que las escuelas no son centros de contagio. También se constató que la deserción escolar fue brutal en el 2020/21  y los profesionales de la salud mental hablan de la depresión infantil en Argentina con mucha preocupación. Nada de eso parece conmover a quienes pretenden desvestir un santo, para vestir otro. Promotores de la cuarentena más larga (e inútil) del mundo, convocaron al Ejército  para controlar a los ciudadanos rebeldes  . Ante la falta de vacunas y las promesas incumplidas, decidieron confinarnos una vez más. Según el presidente, usted es el culpable por una política sanitaria deplorable, por la vacunación VIP, por el robo de más de cuatrocientas mil dosis que, como siempre, nadie sabe dónde fueron a parar.

¿ Por qué ahora se ensañaron  con los niños? Hace años que la Educación está en manos de representantes sindicales de lamentable reputación . Lejos de proteger los intereses de una profesión honorable , motivada por la vocación, se volvieron voceros electorales. Fernández – Kirchner sabe que encontrarán en el gremio docente el apoyo necesario para enfrentarse con su opositor natural, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Por más que CABA diga no al Decreto Nacional de Urgencia, los consuetudinarios representantes sindicales pararán las escuelas y garantizarán su lugar al Sol en esta extraña y mafiosa democracia que, como dice el Himno Nacional, supimos conseguir.

León quedará encerrado, como otros millones de niños que no podrán sociabilizar, aprender, jugar y dar a sus padres el tiempo para que realicen sus actividades laborales. Cuando la Educación se vuelve un arma política en lugar de una herramienta de construcción del ser humano, estamos en problemas.  Lejos de protegernos, el gobierno busca  garantizar la ignorancia para perpetuarse en el poder.  Y no les tiembla el pulso en meterse con lo más sagrado que tenemos, los niños.

Un nuevo tiempo está surgiendo, muchas opciones pueden emerger de el nuevo paradigma mundial que se está instalando. Hace mucho que la Educación en Argentina viene cuesta abajo en la rodada. Atrás quedó el tiempo en el que éramos referentes en el tema. Sugiero que  organicen en sus casas encuentros de conocimiento con los compañeros de sus hijos, hagan una escuela paralela, con la ayuda de los docentes no-alineados con el sistema . Cuestione lo que está sucediendo, atrévase a romper el cerco que lo oprime. Lo digo por experiencia: mi hijo rindió libre todo el nivel secundario por no soportar la estrechez del sistema educativo y es un ciudadano de bien.  Haga lo que no quieren que los chicos se acostumbren a hacer: piense. Reúnase con otros padres reactivos, el reino del miedo y de la muerte no puede más que el de la vida. Sáquese los lentes negros que le obligaron a usar. Usted todavía no está ciego, pero si sigue así, puede que pronto no vea el camión que se le viene de frente.

( Imagen de Maxfield Parrish)