A mediados de mayo asesinaron con doce tiros a Javier Valdés, periodista mejicano que investigaba el narcotráfico. Es el sexto periodista que matan en lo que va del año en el país de Poniatowska y Frida Kahlo. Allí la lucha contra los carteles suma alrededor de trescientos mil muertos en menos de veinte años. Jalisco, Monterrey, el Golfo , Sinaloa contratan sicarios que eliminan a todo aquél que se interponga entre ellos y sus negocios, sean maestros, policías, fotógrafos, trabajadores del comercio, empresarios. Nadie escapa al crimen organizado.

Como sucede en todo país en el que operan libremente los carteles, las autoridades corruptas cubren sus maniobras, se enriquecen, venden sus lealtades. Transforman nuestra tierra sagrada en América Letrina.
Cuando la justicia deja de hacer honor a su nombre y el periodismo toma el rol protagónico en la  lucha por la verdad, panópticos, algo terrible está por suceder. Cuando un presidente declara abiertamente que le molesta la prensa, algo terrible está por suceder. Cuando los hombres de ley, sean policías, fiscales o jueces se silencian ante un narcopolítico, algo terrible está por suceder. Parodiando a  Gustavo Cerati, otro crimen quedará sin resolver. Nos solidarizamos con nuestros hermanos mejicanos. Ni uno menos. Que la Guada los cubra con su manto antibalas, lleno de estrellas.
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