Rudolf Steiner fue un tipo alucinante. No le bastó con ser el creador de la antroposofía, la que denominó la ciencia del hombre, escribir libros que aportaron una visión amplificada de su época, crear la educación Waldorf, la agricultura biodinámica, la euritmia, sino que inspiró a hombres y mujeres del siglo veinte a incrementar sus propias investigaciones, inspirándolos a seguir creciendo en lo que hacían. Así nomás, por pura generosidad, como debe ser.
Ahí por el año 1911 el doctor Felix Peipers tuvo una crisis vocacional debido a la gran cantidad de pacientes que recurrían a su consultorio con malestares varios sin causa aparente, razón por la cuál recurrió a Steiner, quien lo escuchó y se dispuso a ayudarlo. Ambos analizaron los casos en curso y se dieron cuenta que la sensación de desamparo, el abandono, ocupaba un papel relevante en esas psicosomatizaciones. Fue cuando una idea brillante se le ocurrió al croata (Rudolf nació en Donji Kraljevec el 27 febrero de 1861, Croacia, otrora perteneciente al imperio austro-húngaro) . Dispondría una secuencia de imagenes de las Madonas como forma de tratamiento complementario , con la finalidad de introduzir a los pacientes el hábito de la meditación contemplativa e inducirlos a un sueño pacífico y reparador. Al poco tiempo constataron un notable aumento de vitalidad y la restitución de la calma interior en los afligidos . Ahí brotó la semilla de lo que hoy conocemos como arteterapia.
La secuencia consta de 15 láminas de distintas Madonas, que culminan con el hijo adulto en la Transfiguración del Monte Tabor, también pintada por Rafael en 1516-20.
En una charla en agosto de 1908 , en Dornach, Steiner dice ” dentro de los limites considerados, la imagen de la Madona es medicinal. Si ella puede reverberar en el alma del individuo durante el descanso , tengan a bien saber que eso tendrá un efecto terapéutico reparador”. El aseguraba que la mayoría de nosotros posee el cuerpo etérico inmerso en la fuerza de gravedad y contemplando esas imágenes antes de dormir (con-templar, mirar desde el templo del espíritu) nos ayudará a elevarnos a los mundos superiores, allí dónde el alma se regenera .
Para quienes quieran probar este tratamiento sin contraindicaciones, ahí va la secuencia de las imágenes:
1er noche – Madona Sixtina, Rafael Sanzio, 1512-13 , Museo de Dresden, Alemania;
2a.noche – La bella jardinera, Rafael Sanzio, 1507, Louvre, Paris;
3a. noche – Madona Alba, Rafael Sanzio, 1511, National Gallery, Washington DC;
4a. noche – Madona Alba, Rafael Sanzio, 1511 – National Gallery, idem;
5a. noche – Madona di Casa Pazzi, Donatelo, Staatliche Museum, Berlin;
6a. noche – Madona con pájaro, 1506 – Rafael Sanzio, Galleria degli Uffizi, Florencia;
7a. noche – Madona Bridgewater, Rafael Sanzio, 1507, National gallery of Scotland, Edimburgo;
8a. noche – Madona Sixtina
9a. noche – Madona Tempi, Rafael Sanzio, 1508, Alte Pinakothek, Munich;
10a noche – Transfiguración en el Monte Tabor, Rafael Sanzio, 1516-20, Pinacoteca vaticana, Roma;
11a. noche – Madona Granducca – Rafael Sanzio, 1505-6, Galeria Palatina, Florencia;
12a. noche – Madona con Pez , Rafael Sanzio, 1512, Museo del Prado, Madrid;
13a noche – Madona Brugge, Michelangelo Buonarroti, 1501-5, catedral de brugge, Bélgica;
14a. noche – Madona con pájaro, Rafael Sanzio, 1506, Galleria degli Uffizi, Florencia;
15a.noche – Transfiguración Monte Tabor, idem
¿ Papel o pantalla? son estilos. Yo prefiero el papel. Para quienes aman los libros hay una edición preciosa de Joao de Barro Editora en portugués, que iban por la cuarta edición ya en 2014. No hay excusas para dejar los somníferos y entregarse al bueno sueño.
(Ilustra, Madona Sixtina)