Cuatro años antes de que falleciera mi abuela materna, ya cumplidos ochenta y largos, sufrió un ACV. Los médicos no fueron optimistas, la edad avanzada y la magnitud del episodio no eran favorables para su plena recuperación. Estando  internada, su perrita, Laika, que la había acompañado por media década ( desde que era una cachorra) , una callejera blanca y paticorta, amaneció muerta. Un ataque al corazón, dijo el veterinario. Mala racha, dijo mi vieja. Sacrificio, dijo el mucamo. Y parece que tenía razón …a las pocas horas de enterrar a la perra en el jardín del fondo de casa llamaron del sanatorio para decirnos que mi abuela había evolucionado favorablemente. Cuando llegué a visitarla estaba sentada, tomando el té de la tarde. A los pocos meses se recuperó por completo del accidente cerebro vascular, del que no quedaron secuelas.

    ¿ Pueden los animales sacrificarse por sus dueños? No se han hecho investigaciones al respecto, pero estoy convencida que sí. No fue la última vez que escuché que gatos, pájaros y perros catalizan situaciones difíciles por las que atraviesan algunas personas, terminan achacados y nosotros los humanos, liberados.
       Me atrevo a excavar aún más en terreno incierto. ¿ No será que en lo profundo sabemos que son  escudos vivos y los usamos utilitariamente, en nombre del amor? Por qué nos conmueve tanto su incondicionalidad, el poder de  entrega y la dependencia afectiva absoluta que desarrollan nuestras mascotas con la familia ?
       Los sacrificios de animales se practican desde el Paleolítico hasta el día de hoy . El 26 de marzo de éste año  el gobierno israelí autorizó el sacrificio pascual al pie de la Explanada del Monte del Templo, en Jerusalem. Alrededor de diez sacerdotes vestidos de blanco sacrificaron dos corderos y su sangre fue recogida en utensilios forjados. En el Candomblé y demás religiones de origen africano se sacrifican palomas, chivos y chanchos con frecuencia  para pedir o agradecer a las divinidades. El pictograma más famoso de la gruta de Trois Fréres, en Francia,  es la imagen de un chamán bailando con una cornamenta de ciervo en la cabeza. Los demás dibujos del conjunto arqueológico prueban que el hombre prehistórico de ésa región  creía que el animal en verdad se entregaba cuando era cazado, se donaba para el beneficio de la comunidad. El baile y la pintura eran un homenaje del grupo  a quiénes se habían sacrificado como alimento, para que ellos  pudieran sobrevivir.  ¿ No será que al haber abolido ésa costumbre, los  modernos occidentales la seguimos practicando de manera disfrazada? Somos tan complejos…
     Habría que pensar de una manera más sabia cuando una mascota se enferma, sufre un accidente o es envenenada. Una de las posibilidades es que su espíritu de entrega haya atajado una flecha que venía teledirigida al centro mismo de nuestros corazones.