En un mundo globalizado, en el que técnicas orientales de armonización  de casas, el Feng Shui, son cada vez más usadas por los arquitectos locales; en la que el Yoga hindú copa más espacio como actividad física por éstas latitudes y en la que los cálculos matemáticos ya se pueden hacer a la manera japonesa, un médico argentino se animó a quebrar la línea tabú que separa la ciencia de la espiritualidad. Es el dr. Daniel López Rosseti, que con  metodología académica mostró por A más B cómo la meditación puede sustituir la medicación contra la ansiedad. Su revolucionaria postura permite que una cantidad enorme de personas que antes consideraban poco creíble la meditación, se acerquen a conocer sus alcances. La automedicación de ansiolíticos es uno de los flagelos farmacológicos más graves de la actualidad.

Que un médico argentino se anime a enfrentar la mafia de los laboratorios es una gran noticia para todos los ciudadanos, sobretodos para los “yuyeros” como yo. La meditación es una técnica milenaria de autocontrol  que centra el foco de la atención en un único punto, para luego abstraer al practicante de todo pensamiento, relajando y beneficiando así todo el sistema neurológico.
Director del Programa de Manejo del Estrés, el Promes, en el Hospital de San Isidro, López Rosetti también coordina grupos de docentes para que los apliquen técnicas de meditación en las escuelas. Valiente caballero que se merece nuestro aplauso. Ojalá otros profesionales del área de la salud sigan su ejemplo.