Habría que instituir un protocolo para las comunicaciones virtuales. Si bien las redes sociales extienden su poder de la cama al living ,hay costumbres que no claudican y deben tomarse en cuenta. Por ejemplo, cuando alguien querido cumpla años, llámelo por teléfono. No olvide de avisar por whatsapp cuando llega a destino a los más cercanos , luego de un largo viaje. Jamás corte una relación por mensaje de texto, ni publique intimidades por Facebook. No exagere con las fotos de mascotas. Instagram comparte muchos de los contactos con Facebook, no postée las mismas imágenes. Aburre. Es más sofisticada y la utilizan un público más joven, al que no le molesta tanto el “autobombo”. Las malas palabras déjelas para ocasiones especiales, en vivo y en directo. Es de pésima educación viralizarlas.Cada tanto revise sus mails, por menos que se use ése sistema , hay notificaciones y trámites burocráticos que aún lo utilizan como soporte seguro de información. No todos tienen el hábito de aggiornarse con la tecnología. Tenga paciencia con los que vienen más lento con la informática. En un encuentro, deje de lado el teléfono. Los mensajes de texto pueden esperar. No olvide que nada reemplaza el abrazo y que por más que nos robotizemos, aún seguimos siendo seres humanos.