Carilindo, empresario de la noche de Mar del Plata, amante del rock and roll, ex vicepresidente de Argentina entre el 2011 y 2015, Amado Boudou fue condenado por cohecho y fraude al Estado por apoderarse de la imprenta Ciccone. También cayeron en la volteada su socio Núñez Carmona, el testaferro Vanderbroele y el ex accionista de la empresa, Nicolás Ciccone. Epicentro de los casos de corrupción , cae entre rejas un funcionario emblemático de la década robada.

     ¿ A quién le puede molestar que se haga justicia?
     ¿ Qué margen de la grieta puede sentirse indignada por la condena de quién perpetró un daño que nos afectó a todos? Sin embargo, aunque parezca bizarro, el Muñeco tiene quién lo defienda.
Perpleja, veo que algunos actores que se han beneficiado con la administración K se inclinan a ejercer su influencia mediática, alzando la voz siempre que pueden a favor de quienes nos han robado descaradamente. Lamentablemente, por tener micrófonos disponibles desinforman, hacen humo y profundizan la herida sangrante.
       Mis padres eran actores. Mi viejo fue preso en Brasil en 1967 por pertenecer al Partido Comunista, antes del golpe militar de 1968. Recuerdo que era pequeña cuando en la pileta del patio quemaban diarios y folletos “subversivos” antes de su detención. Perdí la cuenta de las veces que acompañé a las Madres de Plaza de Mayo en sus vigilias, recuerdo cuando Hebe de Bonafini prologó el libro de mi madre, Élida Gay Palmer, el Alambrado en el año 1980, uno de los primeros que se atrevió a hablar de los desaparecidos. A través de ella conocía a los Fernández Meijide, a Pablo , Martín Guevara, sobrinos del Che, con quienes compartimos gratos momentos.   No provengo de una familia de centro derecha, sin embargo, no se me ocurriría aplaudir el saqueo y la defraudación moral que la pseudo izquierda ocasionó en los últimos años. Celebro que la Justicia empiece a poner los patitos en fila, ésta vez con gorrito y camiseta a rayas.