Ya han pasado tres meses del fallo del Senado de la República Argentina contra la legalización del aborto. Siguen las noticias en los diarios de mujeres que mueren a causa de las intervenciones clandestinas de sus embarazos, muchas de ellas sin nombre y apellido por haber sido menores de edad. Una de las víctimas probó con una aguja de tejer y otra se introdujo en la vagina una rama de perejil. Sus ojos borrados por los macropíxeles y la falta de identidad hace la noticia aún más drástica y la conclusión ineludible, están a la buena de Dios.
Era sabido que la clandestinidad nos traería de la mano éstas sorpresas.
Ayer el hijo adolescente de una colega escritora fue empujado por un hombre en pleno subte. La bravuconada fue sazonada con un discurso antiaborto, todo eso porque el chico llevaba atado en su mochila un pañuelo verde.
No es la primera vez que escucho éstos relatos. Los jóvenes ya se acostumbraron a ser hostilizados por extraños que los insultan en la calle cuando muestran sus pañuelos verdes. En contrapartida, aparecieron los pañuelos color naranja, marrón y azul. El primero es a favor del derecho de los animales, el segundo contra el binomio Iglesia/Estado y el tercero para lo que más le guste. Los pañuelos blancos pertenecen a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y los negros se atan debajo delos ojos, al estilo Comandante Marcos . Son los preferidos en las marchas y los piquetes por quienes quieren destrozar la ciudad y pasar desapercibidos. Pero los que marcan la Tolerancia Cero son los celestes. Bajo el edulcorado slogan Salvemos las dos vidas , esconden al reptil. Boicotean la educación sexual en las escuelas, ridiculizan el feminismo, aplauden a Bolsonaro y a Trump. Salidos del Cuento de la Criada, que jamás leyeron ni leerán (porque suelen ser ignorantes) promueven a los políticos que defienden propuestas para retrasar el país al Paleolítico.
Tucumán es la provincia que más los representa. Tiene en su calendario el ]Día del Niño por Nacer. Jamás adhirió al Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación y 29 de sus 49 legisladores provinciales firmaron ayer un proyecto para prohibir abortos contemplados por la Ley, como los embarazos por violación. Por ironía del destino es la provincia que posee más prostíbulos por kilómetro cuadrado y en la que la trata actúa con total impunidad.
La victoria de las urnas de la derecha conservadora no se resume en tener que soportar medidas económicas antipopulares y discursos plagados de intolerancia, sino que redunda en un malestar generalizado, sólo comparable con el juego del gallito ciego, en el que tenemos que caminar a tientas, alertas para no caernos y con los ojos vendados.
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