A raíz de la muerte de la nena de diez años, Sheila Ayala, perpetrada por sus tíos, la polémica sobre el abuso sexual infantil incendió la opinión pública. El fiscal general de San Martín (que representa con otros cinco partidos de la Provincia de Buenos Aires), Marcelo Lapargo, a raíz de ésa discusión, denunció un dato escalofriante. Sólo en su jurisdicción los fiscales reciben cinco casos de abusos sexuales por día a menores . Y lo peor,  noventa por ciento los responsables pertenecen al grupo familiar.

 La matemática es una ciencia exacta y las estadísticas no mienten. Si San Martín representa el doce por ciento de las fiscalías de la Provincia, debemos multiplicar éste número por diez (tomando en cuenta las variables) y tendremos 50 niños abusados por día sólo en una región. No hace falta ser un experto para calcular que en el país la estadística aumentará significativamente.

Aunque muchos culpen al narcotráfico por la situación de indefensión de los niños, éste no es un mal de los tiempos que corren. En mi trabajo encuentro a un sinfín de adultos que cargan consigo el dolor de la traición de quiénes debieran haberlos protegido del abuso sexual, muchas veces seguido de violación. En el caso de la pequeña Sheila, aunque los estudios preliminares indicaron lo contrario, los investigadores creen que se trató de un crimen cometido durante un intento de abuso . Quizá se basen en que en  el Facebook del tío se encontró un anuncio de “enamoramiento”  que marcaba el comienzo de algo que se le estaba yendo de las manos.
       Somos la mayoría quienes tenemos que dejar a nuestros hijos en manos de otros para ir a trabajar. Aquí van algunos tipos para tener en cuenta:
1  –  No siempre dejarlos con parientes es la solución. La proximidad del lazo familiar no asegura que la criatura esté en un lugar protegido.
2  –  Evite confiar en quienes no conoce del todo. Tíos, primos, novios y vecinos no son una opción fiable.
3  –  Varón o nena, los abusadores no los diferencian demasiado. Es incorrecto pensar que el abuso sucede solamente con el sexo femenino.
4  –  Crea en su hijo. Si se queja del lugar en dónde está y cómo lo tratan, no viene mal que le dé un voto de confianza.
5  –  Estudie sus reacciones. Si se ha vuelto introvertido de un día para otro, triste o tiene reacciones poco frecuentes, consulte a un psicólogo infantil .
Es fundamental que nos pongamos al hombro ésta cruzada contra el abuso a los pequeños. Taparlo o naturalizarlo nos hace cómplices de un delito que provoca heridas que , a la larga, son  muy difíciles de curar.
(ilustración de Antonio Berni, El mundo protetido a Juanito Laguna, 1962)