“Quién ya pasó por ésta vida y no vivió

           Puede ser más pero vale menos que yo
           porque la vida sólo se da a quién se dio,
           a quién amó, a quién lloró y a quién sufrió…
           Quién nunca curtió una pasión
           Nunca ha de ser nada, no…”
             Como decía el poeta, canción de Vinicius de Moraes, cuenta los avatares de la emoción más controvertida de la paleta de los sentires humanos: la pasión. Hermosa como la flor homónima del maracuyá, dolorosa como la corona de espinos, tan sabia como los conocedores de la filosofía del mundo, la pasión nos toca la puerta y revoluciona a todos quienes eligen tomarla de la mano. Incoherente como los locos delirantes, tan fuerte como un ciclón e inspiradora de grandes obras, también ha destrozado familias, proyectos y dejado de lado a hijos, coronas y la gloria. Pocos la han resistido. Cuenta la historia que el poeta Camoes, en un naufragio, entre salvar a la novia o a su obra, salvó a Los Lusiadas. Pero es la excepción, la mayoría salvó a quién le inspiraba tocar las estrellas con sus manos.
            En honor a los que se animaron dedicaremos los próximos Panópticos a las parejas mas apasionadas de la Historia. Los duques de Windsor, Liz Taylor y Richard Burton, Arthur Rimbaud y Paul Verlaine, Frida y Rivera son algunos de los protagonistas de este mes de altas temperaturas. A preparar los pañuelos y el corazón.