Ya lo dijo Quevedo es su letrilla satírica en el 1605:
Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado
Pues de puro enamorado
De continuo anda amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero es Don Dinero.
Lo curioso de ése poema (que les aconsejo leerlo completo ) escrito en primera persona del singular, sugiere una voz que puede ser tanto femenina cuanto masculina. El autor sabía que pocos se resisten a los encantos del ilustre caballero. Por él se cometen los actos más infames, pero a través de él se sabe cómo procede una persona. Un avaro emocional, por más plata que haya acumulado, es y será siempre un miserable. Alguien generoso con sus haberes, lo será también con sus sentimientos. De la pobreza económica se sale, casi imposible es superar la miseria humanas.