Basta con escuchar a personas que pasaron por divorcios contenciosos para oír de uno de ellos  la frase era una psicópata…  Para denostar a quienes nos contrarían, como anillo al dedo cabe la expresión fulano es un bipolar y si no queremos a un compañero de colegio de nuestros hijos , lo  que aconseja la Liga de madres descorazonadas es hacer un grupo de Whatsapp y rotularlo enfermo mental  hasta que lo echen de la institución.

       En la era de la cerebrolatría , en la que los neurólogos, psiquiatras y analistas devienen políticos y sus libros ocupan los primeros lugares  entre los más vendidos ,las grandes ofensas no se refieren ya  a la actitud sexual del ofendido, como sucedía hasta hace una década, sino a su condición mental. Por fortuna a nadie le importa quién se acuesta con quién a esta altura del siglo XXI. La manera de afectarla  pública y socialmente es tildarla de enfermo mental. Pocos recuerdan que Nijinski, el bailarín más grande de todos los tiempos, era esquizofrénico. Ignoran que Victor Hugo, autor de los Miserables, sufría alucinaciones y hablaba con los espíritus y que Virginia Woolf , la increíble escritora inglesa, se mató a causa de la depresión.
      Muchos actores de Hollywood han colaborado con desestigmatizar a los que padecen enfermedades mentales, entre ellas Megan Fox con su esquizofrenia y Justin Timberlake con el Déficit de Atención y Trastorno Obsesivo Compulsivo. En la época de la construcción de las catedrales  lo llamaban a Dios el Gran Arquitecto. Un pajarito me contó que ahora lo llaman El Gran Neurólogo.