El conde de Montagu, más conocido como el 4o.Conde de Sandwich, una ciudad en la comarca de  Kent, Inglaterra, vivió entre el 1718 y el 1792 y es a quién se le atribuye la creación del primer “emparedado” de la historia. Cuenta la leyenda que el noble era fanático de los juegos al aire libre y para no perder el tiempo con un almuerzo protocolar,  ordenó que el cocinero pusiera fetas de carne entre dos panes para deglutirlos con premura y seguir divirtiéndose.

      Algunos años después, del otro lado del planeta, más precisamente en Japón,  Hanaya Yohei (1799-1858) empezó a preocuparse por las condiciones sanitarias en la elaboración de las recetas tradicionales que contenían pescados crudos. Basado en ésa inquietud , dado que aún no se habían inventado la heladera,  elaboró una salsa mezcla de soja y vinagre en la que zambullía el pescado antes de enrollarlo en arroz , creando de ésa manera el primer sushi, el Nigiri.
      En una época en la que la globalización mezcla artículos de todo el mundo en la góndola y en que la consigna es comer sano y rápido, las opciones son las más variadas para quién almuerza fuera de casa y necesita seguir en actividad hasta entrada la tarde. El tema es que en el verano algunos establecimientos apagan las heladeras para ahorrar energía, cortando así la cadena de frío y poniendo en riesgo la salud de los consumidores. No alcanza con mirar los plazos de vencimiento de los productos que va a comprar. El pésimo control sanitario, las coimas y sobres a los inspectores para que locales que venden alimentos en mal estado  sigan trabajando no ayuda a que confiemos en las entidades y organismos responsables en sancionarlos.  Sea sandwich o sushi, verifique que lo venda un comerciante idóneo. Tómese el trabajo de denunciar si algo así le sucede y avisar a los demás. Empecemos a hacer valer nuestro derecho al pataleo.