Hay palabras que se te meten por los poros, así como algunos perfumes, canciones y rincones. Dicen los sabios que vienen cargadas de poder, que cada sílaba es una sumatoria de números y que ese número es una vibración que transmite no sólo un significado, sino que nos transporta a un escenario en dónde ocurrieron cosas. No es casual que tengamos un nombre , él es una llave maestra para que accedamos a determinados espacios internos, a una información que no pertenece al universo tangible. Lo mismo sucede con los objetos, con los eventos históricos y con los lugares. Tabgha es una palabra que ya conocía, con la particularidad de no  haberla escuchado nunca. Recordarla, traerla a la memoria dormida, fue iluminar un rincón que ansiaba un poco de luz. Antes de llegar al emplazamiento  la repetía en silencio en mi mente, al  mismo tiempo que la escribía en el cuaderno de notas una y otra vez. Mi compañero me preguntó¿ qué hacés ? Sonreí sin responder , simplemente porque hay cosas que no tienen explicación . No sabía siquiera qué significaba, adónde íbamos los peregrinos, simplemente me dejé llevar. Tabgha, Tabgha, Tabgha…Con santa paciencia que le fue conferida, el padre Rafael nos empezó a contar: _ Estamos en una localidad a catorce kilómetros de Tiberíades. Su nombre es una deformación de la palabra griega heptageón , que significa siete fuentes. Como verán, es un rincón verde a doscientos diez metros debajo del nivel del mar,  el mismo en el  que la peregrina española Egeria, en el año 383, encontró un templo edificado en la roca. Cuenta la tradición que fue aquí en dónde Jesús multiplicó los panes y los peces, dándole de comer a más de cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y los niños.

Sí, mi alma lo sabía. Estaba en el lugar en dónde siempre quise estar.

En aquella época la expresión “no eran tomadas en cuenta” era literal. Las mujeres no éramos consideradas dignas de participar del cómputo en un relato. Que Mateo nos haya nombrado significó una revolución en la manera de pensar de la época. Antes del cristianismo, las mujeres no participaban de  los cultos, ni daban su opinión, siquiera podían sentarse en dónde estaban los varones. En el templo ocupaban un lugar secundario. En una festividad, eran apartadas de la sala principal. El primer revolucionario, quién perdonó a la prostituta, el que se hizo amigo de Marta y de su hermana María, el que bendijo a la samaritana que tenía varios maridos fue quién esa tarde,  hace dos mil y tantos años, seguido por los desesperanzados,   instó a los apóstoles a que no los mandaran a casa con el estómago vacío, sino que les dieran de comer.

Y luego, después que la multitud se saciara, Jesús pidió a los apóstoles que recogieran los sobrantes y   llenaron cerca de doce canastos .

El templo original fue  destruido por los persas en el 614 y por mas de mil años el lugar fue una ruina. En 1888 los benedictinos alemanes compraron el terreno y edificaron una iglesia estilo bizantino. No obstante los mosaicos son originales y representan la flora y la fauna del Mar de Galilea . El altar está sobre la roca del Milagro. La canasta de los panes y los peces está diseñada con piedras de basalto colorido traídas de Egipto, así como la columna original que medía el agua del Nilo.

Tabgha es el  lugar en dónde, sin haber disparado una sola bala ni desenvainado la espada, un Hombre dijo Bendigan, repartan y compartan. No quieran todo para sí. Cuánto más distribuyan , más retornará a ustedes. No sean  indiferentes a las necesidades del otro. Todos tenemos algo para dar y lo poco que les parezca ofertar, al necesitado le significará muchísimo. Somos todos iguales, sin distinción de raza, sexo o credo.

Llené dos páginas completas con ésa palabra , que sin decirme nada pasó a multiplicar el sentido de todo lo que me rodeaba . Mantra exquisito, llave de oro en el que se respira un aire a milagro permanente.  Tabgha resultó ser la revelación de una fórmula indeleble, la clave para ingresar a un lugar sagrado sin precedentes. Ojalá no lea esta nota ningún ambicioso. Ahí custodia la memoria de los hechos el  Ángel de la Abundancia Plena.

 

(Cap VII, Cafarnaum)