Felices los que tienen trabajo y apenas pueden solventarse  porque los acompañará  el ángel de la Perseverancia.

Felices los que trabajan cómo quienes juegan, aunque los critiquen, porque  serán  los preferidos  del ángel de la Alegría.

Felices los que se especializan en sus tareas con dificultad porque les cantará al oído todas las mañanas el ángel de la Evolución.

Felices los que comparten el fruto de su trabajo  con esfuerzo y aún así  arman equipos, crean fábricas , construyen estructuras. Jamás los abandonará el ángel de la Abundancia.

Felices los que trabajan honestamente en tiempos agrios porque los abrazará  todas las noches el ángel de la Verdad.

Felices los que lo hacen por vocación, aunque sepan que jamás acumularán riquezas. El ángel de la Paz guardará por siempre su puerta.

Felices los que  se lamentan por el esfuerzo que hacen en sus tareas  porque los guardará el  ángel  de la Salud .

Felices los que sirven al otro en épocas egoístas  pues servir es un don que les otorga un espíritu exquisito, el ángel de la Nobleza.

Felices los que reclaman por mejores condiciones de trabajo porque muchos se beneficiarán a lo largo de la Historia con sus luchas. A ellos los custodia el ángel de la Compasión.

Felices los que trabajan por sus sueños, los pintores que no venden sus cuadros en vida , los escritores que aún no publicaron  y siguen escribiendo, los que lustran los pasillos de los hospitales para acompañar a los enfermos que van a morir, los alumnos de carreras inimaginables que son el hazmerreír de los tontos. Los guiarán la hueste de Oro,  tres ángeles muy cercanos a Dios que peinan y adornan sus cabellos . Con uno solo no alcanzaría, se turnan para alentarlos e infundirles valor. En la mano de los que hacen de su trabajo una misión  se renueva cada primero de mayo la luz del mundo.

(Ilustra pintura de Justyna Kopani)